GESTOS DESECHABLES
proyecto fotográfico de Alicia Caldera
En palabras de Alicia: Durante los últimos dos años he hecho, con mi móvil y sin proponérmelo, un inventario con más de 500 guantes desechables. Nunca salí de mi casa con la intención de hacer estos registros, sino que el azar del día a día me puso ante esta situación en distintas calles de la ciudad de Madrid. Al principio, era curioso encontrar esas manos que parecían decir algo, como un catálogo de expresiones urbanas. Gestos ausentes, muchos ya petrificados en las aceras. Normalmente estas “manos”, estos guantes de plástico desechables están disponibles en mercados y fruterías para manipular alimentos. Su uso es obligatorio, aunque solo los usamos durante unos pocos minutos para luego descartarlos. Me pregunto, ¿Es necesario usar guantes de plástico para manipular una banana que tiene su propia cáscara? ¿Es la lógica del mercado la que dirige estas decisiones en vez de ser la educación de los individuos? ¿Es necesario usar estos guantes de plástico en lugar de lavar nuestros alimentos en casa antes de cocinarlos o comerlos? ¿Es coherente que estos guantes de plástico utilizados para la higiene terminen en la calle como basura? ¿Es sostenible el consumo de toda esta basura plástica? Este proyecto es la expresión de la cultura del exceso en nuestras sociedades y cómo la higiene es entendida para favorecer una industria que contamina sin control. Fue concebido como una especie de monólogo repetitivo y aparentemente sin sentido, expresión clara de nuestra propia incapacidad para manejar nuestros desperdicios y de cómo las ciudades se han convertido en los mayores centros de contaminación del planeta.
GESTOS DESECHABLES
proyecto fotográfico de Alicia Caldera
En palabras de Alicia: Durante los últimos dos años he hecho, con mi móvil y sin proponérmelo, un inventario con más de 500 guantes desechables. Nunca salí de mi casa con la intención de hacer estos registros, sino que el azar del día a día me puso ante esta situación en distintas calles de la ciudad de Madrid. Al principio, era curioso encontrar esas manos que parecían decir algo, como un catálogo de expresiones urbanas. Gestos ausentes, muchos ya petrificados en las aceras. Normalmente estas “manos”, estos guantes de plástico desechables están disponibles en mercados y fruterías para manipular alimentos. Su uso es obligatorio, aunque solo los usamos durante unos pocos minutos para luego descartarlos. Me pregunto, ¿Es necesario usar guantes de plástico para manipular una banana que tiene su propia cáscara? ¿Es la lógica del mercado la que dirige estas decisiones en vez de ser la educación de los individuos? ¿Es necesario usar estos guantes de plástico en lugar de lavar nuestros alimentos en casa antes de cocinarlos o comerlos? ¿Es coherente que estos guantes de plástico utilizados para la higiene terminen en la calle como basura? ¿Es sostenible el consumo de toda esta basura plástica? Este proyecto es la expresión de la cultura del exceso en nuestras sociedades y cómo la higiene es entendida para favorecer una industria que contamina sin control. Fue concebido como una especie de monólogo repetitivo y aparentemente sin sentido, expresión clara de nuestra propia incapacidad para manejar nuestros desperdicios y de cómo las ciudades se han convertido en los mayores centros de contaminación del planeta.